El calepino en las
armas rayadas
El calepino debe
envolver el proyectil (siempre esférico) lo mas centrado
posible, y además deberemos escoger el espesor del mismo
para que entre ajustado a través del ánima del cañón.
Esto es muy importante para que el proyectil tome
correctamente el efecto giroscópico de las estrías y
tiene mayor importancia a medida que se aumenta la
velocidad inicial o cuando el giro de las estrías es más
rápido.
Otra de las ventajas
de este componente, es
el de
permitirnos efectuar dispararos a
mayor velocidad inicial
que si usáramos plomo desnudo, puro o
aleado, pues el material que estará en contacto con las
estrías es el tejido de que esta realizado el calepino.
Por este motivo deberemos escoger el tipo de tejido
(algodón, lino etc.), resistencia
y espesor del mismo, en función
de la velocidad a que vayamos a someterlo, pues
necesitaremos mayor resistencia a medida que aumentemos
la velocidad inicial.
Los calepinos de
lino son más resistentes que los de algodón, pero
es la trama con la que están tejidos lo que en
definitiva los hace más o menos tenaces. En
cualquier caso, con ambos se obtienen buenos resultados.
Cuando necesitemos mayor resistencia sin poder aumentar
el grosor, emplearemos la tela de lino y viceversa,
cuando necesitemos mayor grosor, bien sea por adaptar el
proyectil al ánima del cañón o por una mayor profundidad
de estrías, emplearemos algodón, pues en este último
material se encuentra mayor diversidad de tejidos.
Debemos prestar especial atención a la trama con que
está tejido, no solamente su espesor.
Como norma básica,
deberíamos emplear calepinos de algodón finos (de 0,2 a
0,3 m/m) en las pistolas, debido a que
las
velocidades que
se alcanzan en boca
no suelen superar los 350 mts.
En cambio para la
disciplina de Pennsylvania y Maximilian, será muy
conveniente emplear un calepino de mayor grosor (0,4 a
0,5 m/m) debido a que en esta modalidad se alcanzan con
facilidad los 550 mts. En estas especialidades de arma
larga, y por la distancia a la que se disparan (50 y 100
metros) es muy importante buscar el calepino que mejores
resultados nos ofrezca, pues de este componente
dependerá en gran manera la precisión y regularidad de
los disparos.
El efecto más
indeseable en un calepino o envuelta, es que se rompa
durante el disparo, bien sea por debilidad del tejido o
por desajuste del mismo (relación calibre, proyectil,
envuelta). Este
accidente perjudica gravemente la balística de exterior
y sus efectos se magnifican cuanto mayor sea la
distancia a la que se dispara. No ocurre con las armas de ánima lisa, pues
son las estrías las causantes de esta consecuencia.
Es muy importante
recoger algunos calepinos disparados (caen a 5-10 metros
del puesto de tiro) para comprobar el estado en que se
encuentran, pues nos ofrecen mucha información sobre la
idoneidad de nuestra carga (relación
entre
calibre, proyectil y
envuelta que hemos mencionado anteriormente). En caso de
que recojamos algunos rotos, puede ser debido a un
grosor inadecuado o defectuoso material del calepino (no
todos los tejidos son de la misma calidad), y deberemos
subsanar este defecto aumentando el espesor o
substituyendo el tipo de tejido.
En caso de recoger
calepinos totalmente oscurecidos de residuos de pólvora
(los gases han adelantado a la envuelta),
deberemos aumentar el grosor de los mismos, pues este
síntoma nos indicaría que no obturan correctamente los
gases del disparo. Todos estos efectos reseñados,
tendrán como consecuencia disparos defectuosos, por lo
que es importante que busquemos la solución en aras de
unos mejores resultados y por
satisfacción
personal.
No quiero terminar
este apartado sin comentar algo que la mayoría de los
tiradores saben, pero que genera dudas entre los que
empiezan en el tiro deportivo con armas de avancarga. Es
referente al uso de calepinos en los revólveres de
avancarga, y la respuesta es
NO,
no se pueden usar calepinos en los revólveres porque es
imposible asegurar su disposición durante el tránsito de
la recámara al cañón en el momento del disparo, pudiendo
generar algún grave problema de sobrepresión. Por lo
tanto, en los revólveres ¡¡¡NUNCA!!!
se deben emplear calepinos envolviendo los proyectiles,
aunque estos sean esféricos.