PRIMERAS
IMPRESIONES CON LA TANZUTSU
Poseo una pistola Tanzutsu de
producción española, ARSA. La primera toma de
contacto me sirvió para conocer superficialmente sus
reacciones, equilibrio, encendido, disparador y lo
más importante, observar la zona de impacto a fin de
poder ajustar los elementos de puntería para que el
disparo impactara en el sitio deseado, aunque más
que (ajustar), debería haber empleado la palabra
(modificar), pues las miras no son graduables, y
solo podremos hacer pequeñas variaciones mediante la
lima.
La
peculiaridad de la empuñadura es responsable de la
dificultad en la acción de asir la pistola, único punto
de unión y sostén que tenemos entre tirador y arma, y
responsable en alto porcentaje de la dirección que
tomarán los proyectiles que salgan “disparados”.
El ángulo extremadamente abierto de la culata (unos
162º) es culpable de esta dificultad aludida, y que nos
obliga a empuñar la pistola de forma muy forzada.
Esta
dificultad en la sujeción queda compensada de alguna
manera con el eje del cañón, quedando como una
prolongación de nuestro brazo. Gracias a ello y al
equilibrio del arma, el retroceso es lineal y claro, muy
de agradecer en un arma de este tipo que dispara con
cargas fuertes.
En el
puesto de tiro, se ha comportado como era de esperar,
precisa cuando hacemos las cosas bien y lo contrario.
El
sistema de encendido genera una cierta intranquilidad,
sobre todo al principio cuando aun no estamos
familiarizados con el arma. En algunas ocasiones no se
inflama el cebo, o lo hace tarde, por una incorrecta
posición de la mecha sobre el serpentín o por exceso de
polvorín. En cualquier caso, este suceso causa bastante
estrés en el tirador, pues en el momento de levantar la
mecha, es altamente probable que se produzca el disparo.
Las
llaves de mecha en general, y ésta en particular,
precisan de un entrenamiento previo con las mismas a fin
de habituarnos a cargarla de manera eficaz y precisa, ya
que aunque muy fiables, son propensas a fallar,
principalmente por problemas con la fijación de la mecha
o por haberse consumido una parte de ella mientras
apuntamos, especialmente si nos retrasamos en la
ejecución del disparo. El viento también puede ser un
factor de irregularidad en el encendido, ya que una vez
que abrimos la cazoleta, cualquier chispa procedente de
la mecha, podría disparar la pistola.
A pesar de la
peculiaridad de las pistolas de mecha (ánima lisa,
encendido, elementos de puntería fijos etc.), es una
arma que levantará pasiones y con la que a medio plazo
se pueden conseguir buenos resultados deportivos. No
debemos sacar equívocas conclusiones de las dificultades
resaltadas, es un arma extremadamente precisa y fiable,
pero que requiere de entrenamiento y familiaridad para
minimizar los errores que pudiéramos cometer, en la
fijación y orientación de la mecha especialmente.
Este adiestramiento con
la pistola, recomiendo se haga con la pistola
descargada, lo que se da en llamar “tiro en seco”
pero con la pistola cebada, de forma que en lugar de
disparos, lo que haremos es pegar “fogonazos”.
Esto puede parecer aburrido, pero es la mejor manera de
ejercitarnos con el encendido y la empuñadura,
redundando todo ello en unos mejores resultados
posteriores que seguro agradeceremos. Ésta forma de
entrenamiento puede servirnos para educar a nuestro
subconsciente a fin de que mantenga los ojos abiertos
durante el disparo. Atención al empleo de gafas de
protección (por seguridad y porque obliga el reglamento
MLAIC) como si de una competición se tratara.
Personalmente he
conseguido un encendido aceptablemente rápido, al menos
en la mayoría de las ocasiones, siendo poco apreciable
el “bufido” del cebo. Pero aun así es muy
importante que seamos realistas en nuestras exigencias,
no deja de ser una pistola de mecha y deben ocurrir
varias cosas antes de que se produzca el disparo.
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Izq.- Fotomontaje del título de
Campeón de Europa conseguido en Valencia-España 2009. El
autor comparte podio con dos verdaderas autoridades de
la especialidad, Werner Fasching (oro en el mundial
2010) y Jean-Luc Miquerol (también 3º mundial 2012).
Der.- El autor con Sigeo Sugawa, uno
de los mayores expertos en de fuego japonesas y autor de
varios libros sobre el tema.
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Izq.- Fernando
Serrano junto al tirador inglés John Marsh, nos enseñan sus Tanzutsu
originales.
Der.- El autor recibe la felicitación del tirador
austríaco Helmut Zöbl tras finalizar la prueba de
Tanzutsu en el mundial de Adelaide-Australia 2008 en que
se impuso con una discreta marca de 91 puntos.
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CARGAS Y VELOCIDADES
Nunca se tiene la
suficiente experiencia en este tipo de pistolas, ocurre
algo parecido a Cominazzo, en que pequeños detalles
tienen una repercusión enorme en los resultados
deportivos. Y es por ello que deberemos cuidar todas
esas pequeñeces, sin dejar ninguna al azar.
La carga
es uno de los aspectos que los tiradores que se inician
preguntan con más ahínco, como si de ella dependiera la
precisión final del arma. Puedo asegurar que no es así,
serán otros los factores que la determinen. Aunque es
cierto que al ser un arma de ánima lisa, requiere un
disparo tenso que mantenga un mínimo de regularidad. De
la misma forma que podemos asegurar que cuanto menos
tiempo esté el proyectil en el cañón tras el disparo,
más probabilidades existen de que impacte en el sitio
donde hemos apuntado.
Personalmente he probado un sinfín de cargas diferentes,
tanto en lo que se refiere al tipo de pólvora, como a la
cantidad de ésta, llegando a la conclusión de que la
carga mínima aceptable es de 20 grain de la mejor
pólvora que podamos conseguir. Con esta nos acercaremos
a los 300 mts, velocidad mínima a la que debiéramos
disparar. No obstante, las cargas empleadas por la
mayoría de tiradores con resultados dignos de mención,
siempre serán superiores a ésta y oscilan entre los 30 y
40 grain de pólvora Suiza del número 1 o 2, con lo que
sitúan la velocidad en boca en torno a los 400 mts.
Respecto
de la sémola, cada cual debe decidir si emplearla o no.
No aporta nada bueno ni malo al comportamiento del arma.
Personalmente no tengo un criterio claro sobre su uso en
esta disciplina, en ocasiones lo hago y en otras no.
Últimamente me decanto por cargar con sémola para
introducir el calepino más húmedo de lo normal, en la
intención de que ayude en la limpieza del ánima.
A pesar
de lo mencionado y a título orientativo, os pasamos un
cuadro con diferentes cargas y velocidades obtenidas, a
fin de que cada cual saque sus propias conclusiones.
Proyectil
esférico de .395, calepino de 0,30 y 10 grain de
sémola.
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Pólvora/Carga |
20 grain |
25 grain |
30 grain |
35 grain |
40 grain |
PNF2 |
289 mts |
329 mts |
352 mts |
360 mts |
376 mts |
Portuguesa 4F |
293 mts |
340 mts |
349 mts |
354 mts |
357 mts |
Suiza Nº1 |
323 mts |
369 mts |
381 mts |
395 mts |
403 mts |
Las velocidades que
aparecen en la tabla anterior, han sido medidas a 3
metros de la boca del arma, y son solo orientativas para
que podamos apreciar el comportamiento de las diferentes
pólvoras. Como nota curiosa observamos como la
Portuguesa tiene un mejor comportamiento que la PNF2 en
las cargas bajas, mientras que pierde prestaciones a
partir de los 30 grain.
Personalmente he comprobado que las cargas de 20 grain
son las más imprecisas de todas las probadas y que solo
a partir de los 25 grain la precisión era aceptable.
Considero óptimas las cargas que oscilan entre los 30 y
40 grain de las distintas pólvoras. He probado incluso
con 45 grain, pero el retroceso resulta muy desagradable
y no se aprecia mejora substancial respecto de las
cargas de 35.
En las
pruebas de precisión he ensayado cargas con y sin
sémola, no apreciando diferencia alguna, si bien la
máxima precisión la he logrado con las cargas más altas.
Alta velocidad en boca en las armas de ánima lisa, es
sinónimo de una trayectoria tensa y por ende menos
sensible a las inclemencias atmosféricas y/o pequeñas
alteraciones de la velocidad inicial. Todos estos
ensayos han sido realizados con el arma apoyada en
banco.
Sería
muy aconsejable que cada tirador escoja una carga donde
el retroceso le sea tolerable y controlable (cada
persona lo soporta de forma diferente). Es preferible
bajar la carga y sacrificar algo de precisión, a cambio
de mantener un mejor control en el momento del disparo.
Personalmente siempre he cargado con
40 grain de Suiza Nº1, aunque en las
últimas competiciones estoy empleando, con óptimos resultados
deportivos, una carga de 30 grain de pólvora Suiza Nº1,
7 de sémola y proyectil esférico de calibre .395
envuelto en un calepino de algodón de 0,35 mm de espesor
humedecido en agua jabonosa. El retroceso con esta carga
es tolerable y la precisión muy buena (sobre todo cuando
la “sujeto” bien).
Otra
fórmula de carga que me ha dado buenos resultados,
aunque también algún inconveniente, es la de cargar con
proyectil de calibre .410 tipo “Ferrero” (a la
derecha vemos una imagen de este tipo de
proyectiles que han sido pasados con una
escofina de madera), sin
calepino ni sémola y una carga fuerte de 40 grain. El
arma se comporta de forma precisa, pero el retroceso es
muy desagradable, sobre todo teniendo en cuenta que la
empuñadura no favorece el control de este. Con este
proceso de carga he conseguido marcas relativamente
buenas, pero con el inconveniente de tener que limpiar
el cañón entre disparos, de lo contrario la suciedad
acumulada provoca irregularidad e imprecisión.
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Quiero
destacar que para conseguir unos resultados deportivos
aceptables, es importante agarrar la pistola con
firmeza, ya que la poca angulación de la empuñadura no
favorece en nada la correcta sujeción del arma. De forma
que en cuando aflojamos la fuerza del “agarre”
aparece la tendencia del cañón hacia el suelo
(gravedad), a diferencia de las pistolas más avanzadas,
cuya forma permite afianzar la empuñadura sin necesidad
de apretarla en demasía. De todas formas, resulta
complicado mantener una correcta sujeción del arma, y
será uno de los aspectos en que deberemos ser más
tenaces.
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Secuencia de disparo con una Tanzutsu.
Se aprecia la gran cantidad de partículas de mecha
encendidas que desprende hacia todos los lados, y la
necesidad que por ello tendremos de proteger todo
aquello susceptible de dañarse por el fuego.
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Secuencia de entrenamiento en
el mundial 2008 (Adelaide-Australia). Se aprecia el gran
retroceso de la pistola en el momento del disparo.
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