Madrid 28 y 29 de junio de 2019

 

El último fin de semana de junio se disputó en las instalaciones de la Federación Madrileña de Tiro Olímpico, Canto Blanco, la 33 edición del Trofeo Armas Históricas (conocido originalmente como “Trofeo Primavera” de la FMTO).

Desgraciadamente a pocos días del evento se nos comunicó la imposibilidad de usar la cancha de 100 metros, algo que sin duda mermó considerablemente la participación. Las disciplinas de 100 metros tienen sus adeptos, entre ellos nosotros mismos, que nos lamentamos de la imposibilidad de competir en esas disciplinas. Pero es lo que hay, son cosas que ocurren, y más en un deporte tan regulado como el nuestro.

Pocos días antes del evento sucedió un hecho tan luctuoso como inevitable, nos abandonaba nuestro compañero José Ramón Poblador Arias. Una persona muy ligada a nuestro deporte, un artista en muchos sentidos, una gran persona. 

Tanto en la cancha de tiro, como en cualquiera de los actos que se celebraron, se guardó un minuto de silencio en señal de respeto a su memoria.

 

Regresando a lo socio-deportivo, mencionar que el viernes comenzaron las pruebas en plena ola de calor en todo el continente, y de la que el centro de nuestro país no se escapó.

Nosotros llegamos el mismo viernes al mediodía, cuando algunos ya habían acabado su participación y regresaban a sus lugares de origen (varios tiradores por cuestiones laborales). Para nosotros era momento de saludos, algunos compañeros nos vemos muy de tarde en tarde, es el mejor momento si los sumamos a las tertulias en la terraza del restaurante “de abajo”.

Este tipo de competiciones consiguen aunar lo social con lo deportivo, y es ello lo que las hace tan atractivas. El mayor aliciente puede que sea el de reencontrarnos con compañeros a los que no vemos en mucho tiempo y a la vez competir en el deporte que nos apasiona.

 

Izquierda.- Cancha de tiro durante una de las entradas de concurso del sábado por la mañana.

Derecha.- Con el campeonísimo e incombustible Eugenio Martín.

Foto de grupo de los que quedamos al final de la jornada.

 

Por la tarde (viernes) el viento cálido y seco hizo insufrible tirar, los metales se calentaban tanto que resultaba incómodo hasta la recarga, especialmente en el caso de los revólveres. No fueron muchos los participantes, no tanto por la ola de calor, como por el tema de la cancha de 100 metros, que no pudo ser empleada en la competición por cuestiones técnicas. Aunque es cierto que algunos no acudieron a sus puestos de tiro por el el calor asfixiante, especialmente por la tarde, y tanto el viernes como el sábado.

El arbitraje estuvo a cargo de Mariano Marugán, y la sala de clasificación fue territorio de Camilo Mon, dos grandes profesionales a los que hacía tiempo no veía y me ha sido grato darles un abrazo y compartir algunos momentos con ellos.

 Participaron deportistas de varias comunidades autónomas, algunos solo compitieron en viernes, mientras que la mayoría lo harían al día siguiente.

Asustados estábamos con las alertas por la ola de calor, pero el sábado nos dio una tregua hasta la última entrada de la mañana que se puso insoportable. Durante toda la mañana se compitió relativamente bien, estamos en verano, y solo la entrada de las 13 horas fue más desagradable. Acabamos con los “acuarius” del bar del campo de tiro, tanta era la necesidad que tuvimos de hidratar y reponer sales minerales.

 

Línea de tiro.

Izquierda.- Julián Rodrigo y Ángel Pérez reciben el premio de Colt. González Francia, tercer clasificado es uno de los que tuvo que marchar en viernes.

Derecha.- Asiain, Laso y Gastaminza reciben el premio de Hizadai

 

 

La competición del sábado la iniciamos con el minuto de silencio en señal de respeto a la memoria de José Ramón Poblador, para a continuación comenzar con las entradas de competición.

La cancha se mantuvo concurrida durante toda la mañana. Y las marcas van apareciendo, no tan altas como quisiéramos, pero representativas dadas las circunstancias. La entrada de las 13 horas resulta pesada, ha comenzado de nuevo el viento tórrido y resulta asfixiante, más para los que se han reservado una prueba de arma larga, que se ven obligados, en cierta manera, al empleo de guante y chaqueta de tiro.

Finalizadas las entradas de la mañana, solo tenemos ganas de refrescamos. Una gran parte de los participantes ya han acabado, mientras que algunos otros nos hemos reservado algo para la tarde.

Nos repartimos entre los dos restaurantes, el de arriba más fresquito y el de abajo más a mano y rápido. Algún participante no acudirá a su cita de la tarde, hace demasiado calor. Otros cumpliremos hasta el final. Destacar la labor de los árbitros que aguantaron con estoicismo las asfixiantes jornadas.

Finalizada la competición, nos refrescamos de nuevo lavándonos con agua en los baños. Ahora menos congestionados, recogemos el equipo y a la terraza del bar a hidratarnos y, en buena tertulia, esperar la entrega de premios que comenzará a la hora prevista, las 18:30.

 

Izquierda.- José Ramón Galán recibe la "falcata ibérica" de manos de D. Fernando Serrano. Un trofeo con valor añadido.

Derecha.- Tras finalizar la entrega de premios se nos ofreció un vino de honor.

Los tiradores inscritos en las disciplinas de 100 metros recibieron un bronce conmemorativo del evento.

 

 

Los premios han sido unos bronces, reproducción de una llave de percusión firmada por Whitworth, para los primeros clasificados, y medallas para segundo y tercero.

El premio a la tirada combinada se lo adjudicó quien escribe estas líneas. Se trata de la Falcata ibérica que ganó Manuel Astudillo en el año 2000, y es más que un premio, será para mí un gran honor custodiar el trofeo de alguien a quien admiré en el pasado y ahora respeto su memoria. Alguien de quien aprendí mucho, en lo deportivo, pero también el amor por este deporte.

También se hizo entrega de un rifle Hawken al tirador que consiguió la marca más alta en arma corta, y aunque no fue tan alta, si costó a la organización realizar un desempate hasta el disparo número 11 de Kuchenreuter.

Para los tiradores que tenían prevista su participación en disciplinas de 100 metros, la organización decidió premiarlos con el bronce destinado a los primeros clasificados. Un detalle que agradecieron, aunque estoy seguro que hubieran preferido disputarlo.

Finalizada la entrega de trofeos la organización ofreció un vino de honor, aperitivo, en el que departimos entre amigos y nos despedimos hasta próximas competiciones. Un punto final entrañable para un fin de semana de tiro deportivo con armas históricas.

La organización perfecta, como siempre. Arbitraje y clasificación igual. Un evento que ha estado a la altura de lo esperado. Federación Madrileña, Arcabuceros y personal auxiliar, un 10 para todos.

Una grata competición donde ha primado la amistad y el compañerismo.

 

Saludos y hasta pronto.

José Ramón Galán

 

Falcata Ibérica fundida en bronce con que se obsequió al ganador de la combinada.

Izquierda.- Momentos de distensión tras la conclusión de las competiciones.

Derecha.- Bronces conmemorativos del evento con que se premio a los vencedores en las distintas disciplinas deportivas.

 

Resultados individuales completos

 

 

José Ramón Galán

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