Es
el
taladro
que comunica el fuego de la cazoleta con la
carga de propulsión,
en general lo llamamos canal de fuego u oído, y es
el responsable de
iniciar el disparo
cuando prende el cebo de la cazoleta.
En las pistolas réplicas
de
producción
actual,
se instalan unos oídos roscados que facilitan la
substitución cuando por desgaste se agranda el taladro o
canal de fuego.
El reglamento MLAIC permite
la instalación de
oídos intercambiables,
incluso en armas originales.
En
estas últimas
no
es habitual
encontrar oídos
intercambiables, al menos con facilidad. Suele tratarse
de oídos
sólidos de metal noble
instalados y refrentados (alguna réplica
de alto precio
también lo lleva de esta
manera), de forma que para
quitarlos hay que destruirlos. No resulta inusual los
oídos de oro, metal que no se ve afectado por la
corrosión ácida.
Como casi todo en las pistolas de chispa, tiene su
importancia en la consecución de resultados, y no solo
por el diámetro del canal, también la concavidad
interior del mismo puede facilitar un encendido más
rápido y potente, mientras que si se rellena con parte
de la carga, el disparo será más tardo,
como si de un efecto mecha se tratara.
Es por ello que durante la carga dejamos un alambre
pasado a su través, para que no entre pólvora en la
precámara y para que no se ciegue el canal que comunica
con la cazoleta.
El oído es un simple tornillo con un taladro central, el
canal de fuego, y una concavidad interior, el “booster”,
cuya finalidad es mantener una pequeña cámara de aire en
el interior que potencie y amplifique el encendido de la
carga principal.
En definitiva para que el disparo resulte más pronto y
potente.
El taladro
también
tiene su importancia, pues un canal estrecho
disminuye la capacidad de encendido, mientras que uno
muy grande facilita en encendido.
Sin embargo un canal superior a 1,8 m/m encenderá
rápido, pero también se amplifica el efecto
cohete,
y lo que ganamos en rapidez, podemos perderlo en
precisión. Bajo criterio del autor,
el equilibrio se encuentra
alrededor de los
1,6 m/m,
aunque supongo que cada tirador tendrá su propio
criterio en base a sus experiencias.
Los oídos intercambiables se agrupan por el paso de
rosca, y dentro de este podremos
escoger entre diferentes tipos,
de acero,
de
bronce-berilio y chapados en oro. Todos ellos
son recomendables y salvo el metal en que se han
realizado, son prácticamente idénticos.
Como ya hemos mencionado,
las pistolas originales suelen tener canales
de fuego fijos
con un taladro
mayor que en las
réplicas.
¿Cuál es el oído más aconsejable?
En las pistolas originales no se puede escoger, mientras
que en las réplicas todos suelen ser similares, con
precámara de encendido y canal de fuego de
entre
1,4
y
1,5 m/m.
Es por ello que los considero todos válidos y los uso
sin ningún otro criterio que el de comprobar
periódicamente el diámetro del canal de fuego.
Generalmente
empleo los
de
berilio y los de acero.
¿A
que altura debe situarse el taladro respecto de la
cazoleta?
Es poco el
control que tenemos sobre ello, sin embargo es cierto
que se habla mucho de ello. En general considero que en
el límite superior de la cazoleta es el lugar adecuado.
Pero los he visto más bajos y altos sin que se aprecie
que ello afecte negativamente. Si considero importante
que esté perfectamente centrado.
¿Es
importante la cantidad de cebo en la cazoleta?
Este es otro
de los temas que genera controversia. Personalmente
no escatimo cebo en Cominazzo. Cebo la cazoleta completa sin
llegar al canal de fuego, además lo hago con el alambre
puesto en el taladro para evitar que se ciegue con el
mismo polvorín. Si la llave es rápida y las chispas
adecuadas, cuanto mayor sea el fogonazo, mayor será la
potencia de encendido.