Cuarta parte

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KUCHENREUTER

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José Ramón Galán Talens                                                         Favara a 18 de noviembre de 2013

 

 

 Proceso de carga y su importancia

El proceso de carga de una pistola de duelo es de los más sencillos de entre todas las armas de avancarga. Lo describimos a continuación:

Partimos con el arma cogida de forma que la boca del cañón apunta hacia arriba. Comenzaremos por verter la carga de pólvora, que llevamos envasada en dosis individuales, por seguridad y para cumplir con el reglamento. Para esta operación es preferible emplear un embudo prolongador para que la pólvora se deposite directamente en la recámara.

Seguidamente verteremos la dosis de sémola, si es que hemos decidido emplear este material inerte como complemento de la carga.

Extraemos el embudo y a continuación disponemos el calepino o envuelta correctamente humectado, sobre la boca del cañón y lo más centrado posible.

Sobre este, depositamos el proyectil esférico, que introduciremos primeramente con un iniciador corto, y seguidamente con la baqueta de carga lo acabaremos de bajar hasta descansar sobre la carga.

Ya tenemos el arma cargada, solo resta levantar el martillo, insertar el pistón o fulminante en la chimenea y efectuar el disparo.

El proceso de carga es sencillo y no creo que necesite muchas aclaraciones, especialmente para tiro informal o de entretenimiento. Cuando hablamos de tiro de competición ya se nos plantean más dudas, que descartando las que se refieren a cantidades o tipos de los consumibles, nos queda el inicio y atacado del proyectil.

 

 

 

 

Verter la pólvora. Situar el calepino ya humedecido. Insertar el proyectil centrado sobre el calepino.
Iniciarlo con el mazo de carga. Bajarlo hasta hacerlo descansar sobre la carga. Tomarnos el tiempo necesario y ejecutar el disparo.

 

¿Resulta conveniente que el proyectil entre ligero o apretado?

Yo diría que ajustado, ni demasiado flojo ni apretado en exceso. Debemos buscar una relación de calepino/proyectil que nos asegure que se transmitirá el efecto giroscópico al mismo. Cuando tengamos que forzar el proyectil en exceso, no solo lo deformaremos perdiendo la poca aerodinámica que tenía, sino que introduciremos valores aleatorios de presión que, en el caso de emplear cargas ligeras, nos provocarán una segura irregularidad en la zona de impacto.

En caso de que no disponer del proyectil/calepino que nos permita cargar ajustado, sino que nos veamos obligados a cargar el proyectil muy apretado, cosa bastante frecuente, deberemos huir de las cargas mínimas y refugiarnos en las moderadas para atenuar, con una trayectoria mas tensa, las posibles irregularidades.

 

¿Es necesario atacar o retacar el proyectil con fuerza?

Pienso que no es necesario, y conozco a muchos tiradores que apenas hacen descansar el proyectil sobre la carga sin necesidad de golpe de baqueta alguno. Especialmente los que no emplean sémola u otro material inerte entre la carga y el proyectil.

Personalmente considero que y ligero golpe de baqueta ayuda a conseguir una cierta regularidad. Pero debo comentaros que uso sémola en mis cargas, y que esta se comprime absorbiendo parte de la energía.

 

Es complicado entrar en disquisiciones sobre este y otros temas, porque en la mayoría de los casos son meras hipótesis. El autor considera que es muy importante asegurarnos una misma presión en cada recarga del arma, a fin de atenuar o unificar imperfecciones de los consumibles (cantidad de pólvora, humectación del calepino, exactitud en el calibre de cada proyectil etc.). Esto lo conseguimos con un pequeño golpe de baqueta (el atacador debe tener una forma cóncava para evitar innecesarias deformaciones) que normalmente y por rutina haremos de forma mecánica. La fuerza que aplicamos es algo que, dado que no podemos medir ni regular, tendremos que decidir en función de la experiencia obtenida en nuestros ensayos previos. He visto como algunos tiradores tras llevar el proyectil hasta el fondo, levantan la baqueta hasta un punto determinado, sin extraerla del todo, y la dejan caer una o varias veces, consiguiendo con ello el efecto mencionado, especialmente si la varilla de la misma es de latón.

 

¿Es necesario separar la pólvora de la sémola con algún método?

No es necesario en un proceso de carga normal, pues el arma no se verá expuesta a fuertes golpes que pudieran llegar a mezclar ambos componentes.

 

 

 

 

 

En competición, el proceso de carga debe ser minucioso, pues de ello dependerá, aunque solo sea en parte, el resultado final.

 

También resulta de vital importancia el mantenimiento del arma tras su uso en la cancha de tiro, y muy especialmente con las armas que emplean la pólvora negra como propelente. Esto es debido a la composición de los residuos que quedan tras el disparo, y que son altamente higroscópicos y salinos. Este hecho acelera enormemente la oxidación de las armas, por lo que inmediatamente después de “tirar”, deberíamos proteger el ánima del cañón pasando un trapo impregnado de aceite por el interior de la misma, aunque vayamos a limpiarlas en el mismo día.

 

En el siguiente capítulo y para concretar este apartado sobre la importancia de la carga en la consecución de resultados deportivos, analizaremos cada uno de los componentes que intervienen.

 

 

CAPÍTULO  CUARTO
         
El proceso de carga Importancia de la carga Importancia de la envuelta Importancia de la sémola Importancia del proyectil
         

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Administrador web.- José Ramón Galán

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