José Ramón Galán Talens

Parte quinta

 

 

LA MECHA
 

Este es uno de los elementos más importantes y directamente implicado en la rapidez de encendido, que es sinónimo de regularidad y precisión. La pólvora negra se enciende a una temperatura de poco más de 250 grados. Es por ello que precisamos de un iniciador de alta temperatura para que prenda esta con la mayor rapidez. En Tanzutsu es una mecha encendida, generalmente de algodón, y que habitualmente empleamos tratada. Antiguamente se hacía con acelerantes, pero tendían a chisporrotear. En la actualidad, la mayoría de tiradores, nacionales y extranjeros, emplean retardantes, y el más usual es el acetato de plomo. Con este último consigue una buena temperatura de la brasa y pocos residuos (ceniza).

 

En ésta disciplina todo es importante, la parada, la carga, el cebo, pero sin una mecha de calidad es imposible conseguir rapidez, y sin ello es imposible una regularidad en los resultados.

 

Personalmente  empleo una mecha de algodón de 6 m/m de diámetro tratada con acetato de plomo al 20 %. Respecto de este último elemento, debo hacer una advertencia; el acetato de plomo también llamado “azúcar de plomo”, es altamente tóxico y debe manejarse con precaución. Actualmente es el tratamiento que emplean la mayoría de tiradores españoles y extranjeros.

 

Personalmente, trato la mecha de la siguiente manera:

·   En un recipiente dispondremos una cantidad de agua destilada caliente entre los 60 o 70 grados, a la que añadiremos una cantidad de acetato que oscile entre el 10 y 20% del agua. Lo removemos hasta su completa disolución.

·  A continuación sumergimos la mecha que queramos tratar durante el tiempo necesario (varios minutos con el agua caliente) para que se empape toda ella. Tendremos la precaución de remover constantemente la solución para evitar que precipite el acetato y quede tratada de forma irregular.

·   Seguidamente la sacamos para secarla, preferiblemente en horizontal. Personalmente la tiendo al sol, pero puede secarse de cualquier otra forma.

 

 

Con la solución caliente conseguimos que se disuelvan mejor las sales, al tiempo que las haremos llegar con más facilidad a todas las fibras de la mecha. El secado tiene como fin la evaporación del agua, pero debemos secarla si es posible de manera horizontal, pues de lo contrario el agua escurrirá por la mecha, depositando mas sales en unos sitios que en otros. Esto último provoca irregularidad en el comportamiento de la mecha.

 

Conocido el tratamiento, cada cual puede adaptarlo a sus criterios y seguramente mejorarlo.

 

Respecto del empleo de las mechas, el reglamento del M.L.A.I.C, en el apartado 516 sobre las Normas de Seguridad, dice:

 

a)      El extremo encendido de la mecha debe estar durante la carga en una caja de seguridad.

 

b)      Durante el tiro, la mecha debe asegurarse para que no salte al disparar.

 

La caja de seguridad a que se refiere el apartado -a-, es un pequeño recipiente de metal con un taladro central para apoyar mecha durante la carga, y otros más pequeños en los laterales para que “respire” y no se apague. El fin de la misma, es el de mantener la mecha encendida sin que peligre ninguno de los accesorios que tenemos en la mesa de tiro. No tiene unas medidas definidas, pero la mayoría de las que se ven en los campos de tiro, oscilan sobre los 10 cm y formas variadas.

 

En el apartado “b” se refiere a la necesidad de asegurar la mecha en el “serpentín”, para evitar que en el momento del disparo salga despedida del mismo. Esto se consigue atravesando la mecha con un alfiler, a través de los taladros que existen para ello. Con ello evitamos que la mecha pudiera caer encendida sobre accesorios (nuestros o vecinos) que pudiera dañar, evitando al mismo tiempo las molestias que esto pudiera causarnos.

 

Aunque no viene al caso, y por su importancia, quiero recordaros encarecidamente la obligación (reglamento M.L.A.I.C) de usar gafas de protección cuando practicamos con armas de avancarga.

 

  

1.- Insertamos un alambre en el oído para evitar que se ciegue.

2.- Introducimos el embudo de carga y vertemos la pólvora, y la sémola si decidimos emplearla.

3.- Centramos el calepino o envuelta en la boca del cañón.

4.- Situamos el proyectil centrado sobre el calepino.

5.- Lo iniciamos con un golpe de mazo.

6.- Con el iniciador corto comenzamos la introducción del mismo.

7.- A continuación y con la baqueta de carga, lo bajamos hasta el fondo.

8.- Aseguramos la posición del proyectil sobre la carga con un ligero golpe de baqueta.

9.- Apoyamos la pistola sobre la mesa y levantamos el serpentín.

 

PROCESO DE CARGA

El proceso de carga de una pistola de mecha es similar al de cualquier otra de avancarga, con la diferencia de lo que atañe al sistema de encendido y seguridad.

En la descripción, partimos de un arma limpia y dispuesta:

1º      Antes de comenzar la carga, deberemos pasar un alambre a través del oído o canal de fuego. El fin que se persigue, es mantener el oído libre de obstrucciones para que el disparo sea más rápido. Además, con ello evitaremos que parte de la pólvora se derrame, especialmente si empleamos la de granulación fina.

2º      Seguidamente cogeremos la pistola por el centro del cañón, manteniéndola vertical y con la boca del cañón hacia arriba, verteremos la pólvora, que llevaremos preparada en dosis individuales. Si lo hacemos a través de un embudo con tubo prolongador a la medida del cañón, conseguiremos mejores resultados, pues la carga completa quedará depositada en la recámara.

3º      Si decidimos emplear una cantidad de sémola como taco aislante, ahora es el momento de verterlo en el cañón, de lo contrario sacaremos el embudo de carga y pasamos al siguiente. 

4º      Dispondremos el calepino o envuelta (ya humedecido) centrado sobre la boca del cañón. Sobre el mismo y también centrado, depositaremos el proyectil esférico.

5º      Con un golpe de mazo (de plástico o madera) iniciaremos el proyectil al cañón, para seguidamente atacarlo con firmeza (con iniciador y baqueta) hasta que descanse sobre la carga.

6º      En este momento ya tenemos la pistola cargada, y solo nos resta preparar el encendido. Para ello depositaremos la pistola sobre la mesa con el cañón apuntando hacia el blanco, quitaremos el alambre que atraviesa el oído, levantaremos el serpentín hasta la posición de armado y cebaremos con un poco de pólvora fina, cerrando la cazoleta cuando terminemos esta operación. Es importante no verter demasiada pólvora en la cazoleta, ya que el exceso ralentiza el encendido.

7º      A continuación y con la cazoleta cerrada y sin gránulos en el exterior de la misma, instalaremos la mecha en el serpentín de forma que quede asomando la parte que consideramos óptima para el correcto encendido, por ejemplo un centímetro. Aseguramos la mecha atravesándola con un alfiler a través de los orificios que lleva la cabeza del serpentín al efecto. 

8º      En este momento, ya tenemos el arma cargada y preparada para su uso. Aunque puede haber resultado largo, se tarda menos en hacerlo que en escribirlo. Para disparar, solo tenemos que abrir la cazoleta*, apuntar y.......... vuelta a empezar.

 

* Para abrir la cazoleta, recomendamos hacerlo por debajo de la pistola y emplear única y exclusivamente la mano izquierda. El motivo es que si lo hacemos con la derecha y accidentalmente se dispara la pistola (chispas, caída accidental del serpentín u otros), recibiremos una fuerte quemadura en la mano. Este es un accidente menor que ya hemos padecido algunos y fácilmente evitable abriendo la cazoleta de la forma indicada al principio.

 

 

 

10.- Extraemos el alambre que teníamos pasado a través del oído y cebamos la cazoleta.

 

11.- Comprobado que tenemos la cantidad de cebo que consideramos adecuada, cerramos la cazoleta.

 

12.- Insertamos la mecha y la aseguramos al serpentín.

 

13.- Agarramos bien la pistola y con la mano izquierda, y por debajo de la pistola, abrimos la cazoleta. A partir de este momento el disparo se puede producir de forma fortuita, prestar mucha atención.

 

14.- Apuntar.

 

15.- Y ejecutar el disparo con decisión.

 

 

LIMPIEZA Y MANTENIMIENTO

La limpieza del arma después de su uso, no reviste el más mínimo problema o complicación, ya que carece de piezas o mecanismos de funcionamiento crítico.

Después de un entrenamiento o competición, es conveniente lavarlas a fondo con agua, y en caso de que esto no sea posible a corto plazo, impregnar el interior y exterior del cañón con aceite para armas. Con esto evitaremos la corrosión durante los días en que no podemos ocuparnos de ella. Los residuos de combustión de la pólvora negra, son muy higroscópicos (capacidad para absorber agua) y contienen sales minerales que aceleran la corrosión, especialmente en determinadas circunstancias de alta humedad ambiente y calor. Afortunadamente, estos residuos son solubles en agua, por lo que es muy sencillo eliminarlos.

Para lavar el cañón, procederemos a desmontarlo de la caja sacando los dos pasadores que lo fijan a ella. Seguidamente empujamos la boca del cañón hacia arriba y afuera, quedando de esta forma liberado de la caja. Lo introducimos por la parte de la recámara en una cubeta con agua caliente y frotamos con un cepillo de higiene bucal en la zona del oído y recámara hasta que desaparezcan los restos de carbonilla.

A continuación con la baqueta de limpieza, bombeamos agua a través del ánima hasta que salga limpia por el oído. Con ello habrá quedado el cañón limpio y solo nos restará secarlo minuciosamente y darle una fina capa de aceite como protección final.

La llave y serpentín quedan bastante manchados con los ácidos que produce la combustión, pero generalmente nos limitaremos a una limpieza superficial con un trapo humedecido y secado posterior. Con esta última operación tendremos la pistola en condiciones de guardarla con seguridad y plena disposición cuando la necesitemos.

 

 

 

 

 

EPILOGO

Bien amigos, con la Tanzutsu limpia, damos por concluido éste trabajo que esperamos os sea de alguna utilidad presente o futura. Obviamente ha sido dirigido a los nuevos aficionados que se inician en el tiro deportivo con armas de avancarga, pero también será de utilidad a los más experimentados, que seguro encontrarán el medio de contrastar sus ideas y experiencias.

Saludos y hasta pronto.

José Ramón Galán

Tanzutsu propiedad del autor con la que ha conseguido una gran número de títulos nacionales e internacionales.

 

Parte primera

Parte segunda Parte tercera Parte cuarta Parte quinta y última
     

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